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martes, 5 de julio de 2011

Marzo.

MARZO

     03 de Marzo de 2011, era jueves y yo no esperaba hacer nada en toda la tarde, pero Nuka me empieza a dar toques y más toques. Decido llamarla por si la ha pasado algo o me necesita para cualquier cosa. Cuando me coge el teléfono se pone muy nerviosa, pero por muchas veces que le digo que me cuente lo que le pasa ella no saca ni una palabra de su boca, quiero decírmelo en persona. Al final consigo sacárselo. Casi me pone los cuernos. En realidad no es exactamente así. N**** P**** puede que la persona que más me ha odiado desde que me conoce y que, aunque hayamos tenido una buena temporada, siempre me seguirá odiando, ex novia de Nuka, morena de media melena, ojos marrones, de mi edad, no precisamente muy delgada y con mucha mala hostia. Nuka, después de despedirse de mí en el portal encontró a N****y se fueron juntas. Ella la empezó a morder el cuello. N****la entró repetidas veces, pero Nuka se apartaba en todas.

      Le conté a mi madre la típica historia de que mi mejor amiga tenía problemas con su madre, que la había echado de casa y que no puede volver hasta que la llamara y, así, Nuka pasó la tarde conmigo en mi casa. Eso no solía pasar, ya que solo podíamos pasar una tarde juntas a la semana por culpa de un castigo, pero con el cariño que le tiene mi madre a Nuka pensando que es tan solo mi amiga todo se hace más fácil y pueden suceder cosas como esta.

      Mi madre confiaba mucho en mí, a veces pienso que demasiado, pero eso me daba pie a poder tener a Nuka muy cerca. Así es que estuve toda la tarde del jueves con ella, la tarde del viernes también la compartimos en casa de Álvaro, al que no conocía hasta el momento, pero ese día no se acabó ahí…

     Con la excusa de que su madre la había echado de casa, Nuka fue invitada por mis padres a dormir en la mía. Asique pasamos la noche juntas. Mi madre la preparó una cama, la que más tarde usamos a nuestro gusto. Una o dos horas son las que estuvimos cada una en nuestra cama, después de que todas las luces de mi casa estuvieran apagadas y mis padres y mis hermanos estuvieran acoplados cada uno en su cama, ya nos encontrábamos las dos juntas, abrazadas y sonriendo, como cada vez que estamos una al lado de la otra. Ese momento era algo que esperábamos ansiosas pero que pensábamos que no iba a llegar hasta dentro de más tiempo. Pero ahí estábamos, haciéndonos felices la una a la otra y cambiando la norma de que en mi casa no se folla. […]

***

     A la mañana siguiente lo primero que vi fue a ella, medio dormida, con sus pelinos despeinados, esa carina tan mona que pone sin darse cuenta, que me demuestra que es feliz. Lo primero que me dijo al despertarse fue ‘’esta ha sido la mejor noche de toda mi vida’’. Yo también pensaba lo mismo. Estar con ella es lo que más feliz me hace, y esa noche había rebosado de felicidad.

     Ese día también lo pasamos juntas, estábamos a sábado y ya nos habíamos visto cuatro días esa semana. Nos estábamos viendo más que nunca, pero ninguna de las dos se quejaba, es lo que queríamos, estar a todas horas juntas, y esa semana fue en la que estuvimos más cerca de ello.

***

     Esto parece demasiado bueno para ser verdad, y es que a la semana siguiente aparecen las represalias, más graves de lo que nadie se podía imaginar. Una llamada, una sola llamada empezó con un cúmulo de discusiones, lloros y malos royos en mi casa. Alguien había llamado a mi madre diciéndole que soy lesbiana y que estoy saliendo con Nuria. Al llegar a casa mi madre me encerró en mi habitación con ella y me hizo una serie de preguntas relacionadas con el tema sin yo saber lo de la llamada, para mentir a mi madre soy muy creíble, asique no tuve problema para que se creyera que eso solo había sido una broma pesada de algún idiota que se aburre. Pero al fin y al cabo no valió solo con escapar de ese aprieto una vez, pronto llegaría la segunda.

     Al día siguiente mi padre entró en su Messenger como nunca antes lo había hecho y por fallo mío al tenerlo como contacto se descubre el pastel. Ahí mi madre ya no está para hablar con nadie, piensa que es otra broma pero no puedo dejarlo así y se lo cuento. Quizás me habría sido más fácil seguir con esa mentira pero tenía que decírselo, ver qué pasaba y por fin quitarme ese peso de encima. 

     Al principio todo parecía en su sitio, mi madre estaba enfadada pero eso no es muy diferente cuando todo está bien, y mi padre es el único que viene a hablar conmigo del tema. Parece comprenderlo, parece interesado en el tema, pero enterarse de repente de que su hija es lesbiana…

     Por parte de mi padre no hay mucho que contar, de momento se lo toma bien, está preocupado, solo piensa en eso pero por lo menos me habla y está bien conmigo, pero mi madre busca algo con lo que hundirme, y no lo tiene nada difícil. Cogió una caja en la que tenía de todo, cartas de novios, de amigas hablando de cosas de las que una madre no debería enterarse y una prueba de embarazo. La primera pregunta que me hizo fue qué si era virgen, y me dijo que le fuera sincera, pero ¿cómo voy a decirle que no lo soy? Es mi madre, en eso es mejor mentir teniendo tan solo 14 años. Me dijo que la había cagado y me enseñó la caja que había descubierto, lo había leído todo y tuve que inventarme una historia para cada cosa sospechosa. Todavía no tengo claro si se lo creyó o no, el caso es que a partir de ese lunes 14 de Abril el castigo se vuelve cada vez peor dejándome sin ese día a la semana para pasar la tarde juntas.

      Me he parado a pensar en el porqué de este enfado, no lo entiendo, son mis gustos, estoy enamorada de una persona y eso no lo van a cambiar con un castigo. Creo que todo esto es solo por lo que pueda pensar la gente de mi o de ellos, pero me importan un comino esos conocidos o gente del barrio, lo que piensan o cómo me juzgan. Mis padres siempre están diciendo que es gente que se ha hecho a sí misma, que ha llegado. Pero, ¿a dónde ha llegado? ¿Qué ha hecho? Nada. Trabajar como burros para conseguir dinero y así poder pensar que se lo dan todo a sus hijos cuando no es así en absoluto. No quiero ser como ellos. Tampoco quiero parecerme a nadie. Si yo creo que lo que hago está bien y quiero hacerlo lo seguiré haciendo hasta que la muerte me separe de ello. Sin importarme lo que piensen o comenten los demás, aunque a nadie le parezca bien excepto a mí.

     Como era de esperar las cosas se complican, lo hemos dejado una vez, aunque hemos vuelvo al día siguiente, es lo máximo que podemos estar la una sin la otra.

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