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martes, 5 de julio de 2011

Abril.

ABRIL

     Las cosas parecen normalizarse para mí, pero no para ella. 

     M**** A****, una amiga mía, va conmigo a la academia, rubia de media melena y un año más que yo. Parece ser que a Nuka le ha llamado la atención. Yo no puedo decir mucho de esto, sé poco del tema, aunque tampoco creo que sea mejor que lo cuente ella, estas cosas que ya no significan nada es mejor no recordarlas, no darles importancia, por mucho tiempo que haya durado esto y por muchas cosas que han pasado o hayan podido pasar ha tenido sus razones para dejarse llevar por ella, no es que estuviéramos pasando por nuestro mejor momento y supongo que lo necesitaba, fuera lo que fuera lo he perdonado, si había algo que perdonar, y no se lo tengo en cuenta aunque a veces salga a la luz en nuestras discusiones. 

     A veces aparecen otras personas, por mi parte eso no ha ocurrido en esta relación aunque  por su parte sí. Pero de algo estoy segura. Nadie podrá quererla como la quiero yo, no podrá adorarla en ese modo, no sabrá advertir hasta el menor de sus dulces movimientos, de aquellos gestos imperceptibles en su cara. Es como si solo a mí me hubiera sido concedida la facultad de ver, de conocer el verdadero sabor de sus besos, el color real de sus ojos. Ninguna mujer podrá ver nunca lo que yo he visto. Y personas de este mundo menos aún. Reales, crueles, materiales. Incapaces de amarla, deseando solo su fama sin que ella se dé cuenta, incapaces de verla verdaderamente, de entenderla, de respetarla por un motivo diferente al miedo. Nadie amará sus pequeñas manos, sus uñas comidas, sus tímidos pies, aquel diminuto lunar escondido, aunque no tanto, a fin de cuentas. Puede que lo vean, que se fijen en él, pero nunca nadie será capaz de amarlo. No del modo en el que yo lo hago.




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